La súplica poética vociferada de Gabo Ferro encuentra en las atmósferas de Sergio Ch el espacio en el que puede liberarse cual grito que se hace eco omnipotente en la montaña... Siempre me pareció que el día que Gabo jugara más con los planos de sus guitarras y voces, su efecto iba a ser más profundo aún, más hipnótico... Los muchachos generan eso, con canciones "simples" emergen sensaciones-ensoñaciones, desprendimientos diurnos de urgencias nocturnas ontológicas... Se funden -no chocan ni se pierden- dos dimensiones sonoras que no vienen de diferentes palos ni ambicionan cosas distintas, para obsequiarnos una forma de la realidad llana y honesta... Y la pampa se vuelve desierto allá donde el hombre deja de mirar, de pertenecer... Y hasta allá "viaja" la contemplación de Ferro y Chotsourián a buscar sus historias de grietas por la sequía, por la escasez de agua y de sangre... Un disco político. Un manifiesto orgánico . La calma atormentada en gotas, como el l...